La mítica ciudad de Alejandría esconde desde hace siglos tesoros sumergidos que nunca imaginé poder explorar.
Sus turbias aguas no sólo ocultan los restos del famoso Faro de Alejandría, sino que allí también yacen las ruinas del palacio de Cleopatra y muy probablemente la tumba nunca encontrada de la última faraona de Egipto.
Ha sido brutal y emocionante bucear allí.