Ninguna pandemia acabará con los acogedores Uros del lago Titicaca, las momias del desierto del Perú, las rocas ancestrales de Machu Picchu, las caóticas líneas de Nazca, los lagos azules y helados de los Andes, el vuelo desafiante del Condor… Todo sigue ahí, esperando a corazones intrépidos a los que ninguna mascarilla, gel o PCR privará de vivir en primera persona este planeta tan maravilloso que impaciente te espera…