Quizás una de las cosas mas bonitas de la aventura de vivir es que nunca sabes cual va a ser tu camino.Cada pequeña decisión,cada persona que conoces,cada aprendizaje,hace que tu camino vaya en una u otra dirección.Sin duda a veces es difÍcil no saber cual es tu “ruta a seguir”,pero tarde o temprano el sendero aparece.
En mi caso mi amistad con Patricio (mi “guÍa” en la etapa de Buenos Aires),me llevó a visitar a su hermano Maxi,un tipo genial con una forma de vida muy especial. Maxi vive en la diminuta población de Puerto Pirámides,en la Península de Valdés,santuario de la Ballena Franca,Orcas y cientos de Lobos Marinos. Para llegar a esta pequeña aldea tuve que hacer escala en Puerto Madryn,una población muy tranquila enfocada al turismo en la península.
Como anécdota,en este pequeño pueblo sufrí mi primer intento de robo. No,no me asaltó ningún yonki colocado,ni ningún ladrón de turistas,fue algo mucho mas patético,se trataba del guarda de seguridad de unos grandes almacenes.Dicho tipejo me hizo dejar mi mochila bajo su custodia y…nada mas darme la vuelta comenzó su “trabajo”. Afortunadamente algo me hizo desconfiar de este hijo de puta y no le quité ojo. Imaginaos el pollo que monté cuando me lancé sobre el para pillarle con las manos en la masa. Tremendo cabrón.” Me he quedao con tu cara!!”
Mi estancia en la pequeña aldea de Puerto Pirámides fue inolvidable, tanto por la gente que conocí como por poder vivir varios días en un lugar en el que en las calles no había fuentes sino esqueletos de ballena. Un lugar donde paseando por la playa no solo encontrabas conchas y restos de peces sino que encontrabas restos fosilizados de tiburones prehistóricos,huesos de ballena o incluso ballenatos Varados en descomposición. Desafortunadamente para mi ,la ballena franca solo visita estas costas para parir de abril a enero para la cría y reproducción,por lo que lo dejé pendiente para el próximo viaje. Los días que visité esta población estuve colaborando con la estupenda gente de “Goos Ballenas”,buceando con ellos y aprendiendo de cada uno de ellos. Por la mañana curro,curro y mas curro. Por la noche asado,asado y mas asado a la orilla del mar. Gracias a Maxi,Sol,Jorge Quique,Tarugo,Olga,Axel y su hermana y toda la gran familia de Goos Ballenas. Gracias especialmente a Maxi,un auténtico granjero solitario cabalgando sobre las olas.
…y por fin inmersión. De nuevo me encontré con mis viejos amigos los lobos marinos,a los cuales no veía desde mi expedición a Islas Galápagos. Después de navegar unas 2 horas en un pequeño bote desde Puerto Madryn , llegamos a una “lobería” donde se reúnen estos bellos animales en libertad para la cría y reproducción. Pese a que se trata de animales totalmente salvajes,bucear con estos juguetones señores de las profundidades es una experiencia que nunca se olvida. Mientras uno te mordía la aleta otro jugueteaba con tu regulador y un tercero posaba para tu foto y permitía que lo acariciases. Increíble. Mis días en la costa de la Patagonia llegaban a su fin. Las montañas argentinas y los lagos de altitud me esperaban para volver a sumergirme. Os echaré de menos chic@s.
“La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados”. •autor: Jean Paul Richter