Dedicado con todo el amor a mi hermana Lucía.
13 años. 13 años de diferencia …13 años entre una gota y otra…13 años entre un antes y un después. Casi media vida según se mire. Que diferente puede ser el camino de una persona según los acontecimientos que le rodeen. Según las personas que se crucen por su vida. Según cual de los millones de corredores gane la carrera hacia la gran y misteriosa montaña redonda… Hay personas que , un día,de repente, se encuentran a su “doble” en algún lugar del mundo . Hay otras que nunca lo conocen, pero saben que debe existir. Y otras que, como yo, comparten gran parte de su vida con su doble , aprendiendo el uno del otro. Por suerte mi doble es una versión mejorada de mi mismo…mi doble tiene una magia especial que la desborda por cada poro de su piel. Mi doble aporta una gran dosis de felicidad en mi vida. Mi doble hace ruidos extraños y pone caras raras para expresar sentimientos. Mi doble emite un sonido y yo entiendo a la perfección lo que necesita. Mi doble es un ángel blanco ,aunque se vista de negro. Mi doble viajó conmigo por dentro a la Antártida. Si la Antártida cautivaría a alguien aún mas de lo que hizo conmigo,sería a mi doble. Todo un reto para los sentidos. Una auténtica sobredosis para un espíritu como el de mi doble. Algún día iremos juntos…
Érase que se era un mundo dentro de un mundo. Un mundo en el que el sol se rodeaba de puro frío. Un mundo ajeno al mundo. Un cúmulo de sentimientos se apelotonaban la noche que embarqué en el “Profesor Molchanov”, un barco científico ruso que presentía formaría parte de mis recuerdos mas profundos durante el resto de mi vida.
Por un lado, el embarque se hizo esperar pues el barco atracó en la ciudad de Ushuaia con mas de 8 horas de retraso, pues una fuerte tormenta les había sorprendido en alta mar haciendo que parte del barco fuese seriamente dañado ,por lo que eran necesarias varias horas de reparaciones . Por otro lado ,establecer un primer contacto con la que durante los próximos 10 días sería mi familia y compañeros de aventura. Tripulación,guías de buceo,científicos, fotógrafos profesionales,buzos…rusos,franceses,ingleses,alemanes,suizos,australianos,americanos y …un español. Como imaginaréis el idioma que se hablaba en el barco no era precisamente el español,por lo que durante 10 días me estuve arrepintiendo de no haber estudiado un poquito mas de inglés. Aún así me defendí bien intentando adaptarme al acento de cada una de las nacionalidades hablando en inglés.
Como siempre,en este tipo de expediciones al final cada uno busca el grupo de gente con el que mejor se entiende (en todos los sentidos).De nuevo mi personal actitud me hizo conectar con todos y con nadie. Realmente eso era lo que buscaba. Vivir la experiencia de la forma mas personal e intensa. No me interesaba compartir el ambiente ” de turista barato ” que creaban algunos de los que viajaban en el Molchanov.
Como mi intención con este blog es la de compartir mis pensamientos y sentimientos de la manera mas sincera posible ,me voy a permitir decir abiertamente que la mayoría de los rusos (sin incluir la tripulación), eran los que creaban dicho ambiente de turista ,buscando cualquier excusa para emborracharse y fastidiar toda la magia del lugar en el que estábamos, por no hablar de su actitud ” arisca ” durante toda la expedición. En este caso los tópicos sobre los rusos se cumplieron. Como en casi todos los sitios mágicos y remotos del planeta,llegar a la Antártida no era nada fácil….dos días y medio de navegación por el famoso paso de “Drake”. El camino al fin del mundo no podía ser de otra manera. Uno de los lugares mas temidos por los navegantes ,en el que olas de 15 metros hacen que el barco mas grande y mejor preparado se vea invadido por el agua hasta en su zona mas segura.
Solución…” Doctor ,drógueme durante 2 días , por favor “.
Como las 3 simpáticas Biodraminas que me tomé no servían para nada en el temido “Drake”, el doctor que nos acompañaba en la expedición , tuvo la amabilidad de completar mi dosis con un parchecito detrás de la oreja que me dejó al 50% durante toda la travesía. Pese a esto ,intentar conciliar el sueño tumbado en la cama , cuando cada 30 segundos tu cuerpo adquiere involuntariamente una posición de 45° era imposible; Y encima bastante acojonado por los golpes de mar en la pequeña ventana del camarote que me hacían revisar a cada rato cual era la forma mas rápida de acceder a la cubierta desde el nivel en el que yo me encontraba. En fin…como diría Cristina ” un show “! . …y de repente… al tercer día, al sonar el aviso que todos los días nos levantaba a las 6 de la mañana, algo había cambiado…uno podía caminar sin tener que apoyarse por las paredes !!
ESTÁBAMOS EN LA ANTÁRTIDA!!!!!