El pasado 16 de noviembre, John Chau, un aventurero y supuesto predicador estadounidense de 27 años, murió al intentar entrar ilegalmente en contacto con una tribu que vive en total aislamiento desde hace siglos en la isla Sentinel del Norte, del archipiélago indio de Andamán.
Tras lograr que unos pescadores lo acercaran ilegalmente a la isla, John fue visto por última vez el 17 de noviembre cuando tras varias aproximaciones previas accedió a la isla con una canoa para tratar de convertir a los residentes al cristianismo.
John llegó a la playa de la isla mientras los pescadores que le acompañaron quedaron frente a la costa. Desde allí pudieron ver como cayeron sobre él una multitud de flechas pero continuó andando. Los indígenas le pasaron luego una cuerda por el cuello y arrastraron su cuerpo.
Las autoridades indias junto con los pescadores, informaron haber visto el cadáver de una persona muerta siendo enterrada en la orilla, que parece ser el del joven estadounidense.
Las autoridades ni siquiera han enviado agentes policiales al lugar para interrogar a los habitantes. En las últimas décadas, cualquier intento de contacto por parte del mundo exterior ha terminado en hostilidades y en un rechazo violento por parte de esta comunidad.
La familia del fallecido ha pedido no responsabilizar a nadie por su muerte, ya que consideran que sabía a lo que se exponía y adentrarse allí fue una temeridad.
Los especialistas en derechos indígenas aseguran que nunca se presentarán cargos de asesinato contra ellos y que el cuerpo de Chau tendrá que permanecer en la isla para proteger lo que probablemente sea la última tribu preneolítica del mundo.