La noche ha sido dura en el aeropuerto.
Hoy el suelo estaba bastante mas duro de lo habitual,o mas bien creo que yo era el que estaba mas blando…
06:30… me dirijo a buscar a Ricardo, mi contacto en España y coordinador de la expedición. Un tipo peculiar que, pese a haber mantenido solo conversaciones telefónicas, reconocí enseguida. Supongo que al final a uno se le acaba poniendo cara de explorador,no?. Tras conocer a Ricardo y parte del equipo que me acompañaría en la expedición reorganizamos los kilos y kilos de material y nos subimos al avión. Tras pasar la noche en el aeropuerto y, como últimamente me ocurre , nada mas sentarme caigo rendido y me despierto ya en las nubes camino a Groenlandia.
Buenas vibraciones siento nada mas despertar. Saber que voy a vivir una experiencia totalmente nueva para mi me recarga las pilas y me pongo a escribir esto que lees,con la impaciencia de volver a sentir lo antes posible el frío Ártico.
Mi primera escala sería en Amsterdam para volver a volar hacia Reykiavik (Islandia). Puertas C, D, E ,F…salas de tránsito, gente que va y que viene, y yo a las puertas de un nuevo mundo desconocido para mi. Pensar que en pocas horas pisaré tierras lejanas en las que nunca estuve pone en marcha mi adrenalina. Posiblemente un lugar muy diferente a cualquier otro en el que haya estado.
Pese a que mi estancia en Islandia fue bastante breve, no me costó ningún trabajo imaginarme en estas tierras salvajes a los Vikingos con sus vestimentas y sus cascos…sin cuernos; Si, sin cuernos,pues por lo visto pese a que la imagen clásica del vikingo es con casco de cuernos, éstos nunca los llevaron. Resulta que para una peli de Vikingos les dio por ponerse estos cuernos intentando dar una imagen mas fiera, y claro, como somos como somos, ya quedaron los pobres Vikingos de cornudos para el resto de la historia…vaya regalito…
Petates para arriba, petates para abajo, kilos y kilos de material nos acompañaban en esta aventura. Por suerte disponíamos del “PapaMovil” para movernos por Reykiavik. Si, el “PapaMovil”, un antiguo minibus que por lo visto había sido usado por el Papa en una de sus visitas a Islandia, nos llevaba a todo el equipo de arriba para abajo. La cosa es que en Reykiavik todo el mundo conocía la historia del PapaMovil y nos teníamos que pasar el día saludando y bendiciendo al pueblo…
Al día siguiente el vuelo a Groenlandia me dio el primer susto, pues el tiempo en “Constable Point” ( nuestro remoto destino en Groenlandia) era bastante malo y el avión no podía volar. La putada de este tipo de vuelos tan poco habituales a lugares tan lejanos es que si el vuelo se suspende pueden pasar incluso semanas hasta que salga el próximo, por lo que había que volar si o si. Mientras tanto yo intentaba matar el tiempo de espera en el pequeño aeropuerto y, para que retrasar lo inevitable?….primera tanda de fotos para los patrocinadores. Empecé a sacar banderas y mas banderas ante la atenta mirada de todos los que habían por allí. Lo peor de todo es que después de mi sesión fotográfica pensé…qué tiene de interesante un aeropuerto para hacer fotos con las banderas de los patrocinadores????, bueno, hechas están.
Al cabo de 4 horas el tiempo nos dio un respiro y nuestro pequeño avión de dos hélices despegó rumbo al norte.