Aquí estoy!! Vuelta a casa tras completar el cruce del lago Inari en solitario, como siempre buceando bajo el hielo donde nunca antes se hizo. Lo mejor, el equipo con el que he contado en esta ocasión, gente generosa que vive cerca del lago y de la que tanto tengo que aprender. Gracias a Riitta, Tomi, Reijo, Risto y al pueblo Sámi por dejarme ser algo más que un turista por unos días. Aquí, subido a un avion rodeado de ventisca y a punto de despegar me siento afortunado al tener la posibilidad de vivir esta aventura y por cruzarme con gente dispuesta a echar una mano con la intención principal de coincidir por unos dias u horas en el tiempo con alguien a quien muy probablemente nunca vuelvan a ver, y pese a ello tener la ilusión de compartir un té, una historia, un refugio, una leyenda misteriosa, unas risas… En este momento lo único que me viene continuamente es la palabra GRACIAS.