Volando voy….
Sobrevolar y aterrizar en Groenlandia es algo mágico. Las enormes y fragmentadas placas de hielo me recuerdan desde el cielo que voy a pisar un lugar que se transforma rápidamente y al que posiblemente le queden pocos años de existencia tal y como hoy lo conocemos. Un maravilloso espectáculo natural que hasta ahora solo conocía por las fotos satélite encontradas en internet.
Mi destino era “Constable Point”, una antigua base militar americana que ,con la intención de desprenderse de ella ya que les suponía un alto gasto y no les era útil, fue vendida a Dinamarca por 1 $ … Actualmente se trata de un pequeño aeropuerto sobre el hielo, con 4 o 5 hangares en los que se acumula material logístico para expediciones científicas y poco más…
Constable Point también es punto de entrada a la zona este de Groenlandia. Los Inuits que habitan en los pequeños y escasos poblados del este (tres en total) , salen o entran del país por este punto. El poblado mas cercano al aeropuerto se encuentra a 2 horas de “caja-taxi” o helicóptero. Un gran cajón de madera arrastrado por una motonieve es la forma mas habitual de moverse cuando no hay ni trineo ni perros.
Nada mas llegar tenemos otra mala noticia. Los guías que debían estar aquí para recogernos y empezar la expedición no dan señales de vida. Sin mas, nos ponemos a reorganizar el material y preparar los esquís . Una vez organizado todo vemos aparecer de lejos a los que serían nuestros mejores amigos o peores enemigos durante la expedición, según se mire. Se trataba de “las Pulkas”. Un invento muy práctico que sin duda parecía mucho mas fácil de arrastrar en los documentales de la tele que en la realidad. La idea es no llevar mochila y colocar todo el material en la pulka, puesto que de esta manera podríamos llevar mas peso y al arrastrarlo es bastante mas cómodo.
Es en ese punto cuando llegué a un trato con Miquel, uno de mis compañeros de expedición. Compartiríamos la misma pulka y nos iríamos turnando para tirar de ella, de forma que en los momentos en que yo no la llevase pudiese continuar con la filmación del documental. El inconveniente es que usaríamos una pulka mas grande que llevaría el material de ambos…en total unos 70 kg!! , vamos ,como si un tipo estuviese tumbado plácidamente en la pulka mientras yo le doy un paseito por Groenlandia.
A las tres horas aproximadamente aparecieron nuestros 2 nuevos guías…resulta que un par de días antes había caído una gran nevada y al venir a nuestro encuentro en motonieve habían quedado atrapados con la nieve hasta la cintura, teniendo que emplearse a fondo para llegar hasta el aeropuerto. Los guías traían una muy mala noticia. Tras comprobar el estado de la nieve y de la ruta prevista para esta expedición habían llegado a la conclusión de que era imposible hacerla en esas condiciones. La nieve alcanzaba metro o metro y medio de espesor en algunos sitios, por lo que hacer la travesía con nieve hasta la cintura sería imposible ,tanto para nosotros como para los perros que nos acompañarían en los próximos días. Estas expediciones en lugares y con circunstancias tan imprevisibles son así, o tienes un mes de margen para adaptarte a las circunstancias y simplemente esperar o te adaptas a lo que hay y buscas soluciones rápidas y efectivas…. Después de intentar estudiar con los guías la situación decidimos buscar una solución…buscar un plan B. Llevaríamos a cabo otra ruta entre glaciares siguiendo el Hurry Fiord . Aparentemente para mí , era mucho mas emocionante la ruta original, pero en estos lugares , mas te vale priorizar la seguridad, pues verte metido en una situación extrema sin posibilidad de rescate puede convertir ésta en una dramática expedición. A medida que vayáis leyendo este blog comprobaréis que cambiar la ruta me llevó a lugares y me puso en situaciones que nunca hubiese imaginado…
Una vez planificada la nueva ruta y listas las pulkas venía mi siguiente prueba de fuego…..SUBIRME A UNOS ESQUÍS !!!
Mi currículum como esquiador es nulo…y si digo nulo es nulo. La única vez en mi vida que me había puesto unos esquís fue en la Ragua (Granada) para hacer el tonto durante un par de horas y siempre sobre llano. Pero aunque me inquietaba , al tratarse de esquí de travesía en el que la técnica es mas sencilla, estaba convencido de poder hacerlo. Por otro lado tenía bastante clara la técnica después de chuparme cantidad de documentales de expediciones al Polo Norte y demás.
Una ,dos , tres…y después de un par de amagos de caída aquello empezaba a funcionar. Lo que yo no sabía es que el resto de mi equipo eran unos máquinas del esquí y a los 5 minutos de calzarnos aquello empezamos a darle caña rumbo a nuestra meta y sin ningún tipo de piedad por el inexperto esquiador cordobés…
La expedición se debía completar en unas fechas concretas para poder estar de vuelta en la fecha establecida, y para ello debíamos empezar a tope desde ya. Pese a que las jornadas de travesía polar serían habitualmente de 8 horas hoy por ser el primer día sería solo de 4 , pues además con tantos retrasos la “supuesta noche” se nos echaba encima y teníamos que encontrar un lugar seguro para montar el campamento en medio de LA NADA .