En aquel lejano y misterioso bote se apreciaban dos ” Fijianos” de semblante amable. Uno de ellos era Sereseimi, el padre y cabeza de la familia “Whippy”” y el otro uno de sus dos hijos , Joave. Nada mas subir a bote me dieron muy buen feeling,pues en cuanto nos pusimos a navegar lanzaron al agua sus dos rudimentarios sedales de pesca por si había suerte en el trayecto y pescaban la cena para hoy. La sonrisa y el buen trato que me dieron en ese rato me hizo relajarme bastante. Cuando llegamos a su isla ya empecé a alucinar,pues no era para nada lo que esperaba encontrar. En una pequeña cala en medio de una isla apareció una pequeña choza junto con lo que nosotros en España conocemos como una auténtica “chabola” . Era el mismo tipo de construcción que tienen en los asentamientos chabolistas de nuestro país. Chapas,palos,tablones,telas, cocina de leña,agua de lluvia,perros sueltos,gallinas, cangrejos ocupando la playa, palmeras, niños pequeños llenos de mugre,etc…y por supuesto todo el mundo descalzo. Reconozco que al llegar fue un poco impactante para mi, pues necesitaba adaptarme para pasar 5 días en ese entorno,además cuando vi el lugar donde dormiría no se puede decir que me quedase relajado, pues era una auténtica choza con techo de paja que se caía a pedazos y suelo de tierra de playa y restos de coral. Salamanquesas ,grandes arañas y mosquitos tuvieron el detalle de presentarse alrededor de mi cama para darme la bien venida…que simpáticos. Para rematar. la cama donde debería descansar estaba llena de cientos de pequeños huevecitos caídos del techo…preferí no preguntar.
Aunque el hogar de los Whippy estaba bastante retirado de todo en unos minutos fueron apareciendo el resto de los componentes de la familia. La madre, la esposa de uno,las primas,los hijos de Water, y otros que poco a poco me fui enterando de quienes eran. Walter era uno de los hijos de la familia y pese a que tenía solo 27 años ya tenía dos hijos con su mujer que vivía compartiendo todos la misma “chabola”. Gracias a Walter pude bucear en la isla de Kadavu,puesto que pese a que como ya he comentado la infraestructura para los turistas que ofrecía esta familia era totalmente rústica,Walter había trabajado como guía de buceo en algún hotel y tenía el material necesario para bucear y además conocía muy bien las zonas mas interesantes. Pese a esto ,fue toda una odisea encontrar las botellas para bucear y mucho más un compresor donde cargarlas. Después de dos días buscando las botellas pudimos sumergirnos los dos solos en los bellos arrecifes de Fiji. Toda una suerte poder bucear de esta forma tan sencilla lejos de los habituales centros de buceo. El día a día de la vida en esta pequeña cala era bastante sencillo pues tu decidías si querías pescar,bucear,nadar,pasear,dormir en la hamaca ,hacer snorkel, charlar…todo muy estresante…
Las comidas eran toda una aventura,pues todo lo hacían ellos. El pan hecho en la cocina de leña,las frutas cogidas de los árboles,y por supuesto pescado recién traído del mar. Pese a que está feo que un instructor de buceo haga pesca submarina o desde el bote ,yo pasé de todo y pesqué de las dos maneras,pues se trataba de pescar simplemente para tener algo que comer. Lo que me conocéis un poco os podéis imaginar lo mucho que disfruté viviendo de esta manera. Para completar el día por las noches después de cenar empezaban a aparecer las primas o familiares de otras aldeas y nos sentábamos en el suelo a charlar y tomar “Cava”. El Cava es una bebida a base de raíces machacadas y agua ,que se bebe como ritual en las reuniones usando como copa un cuenco de coco. El Cava no tiene alcohol pero tiene un efecto anestésico que te deja bastante tocado si bebes mucho. Como a mi me sabía a agua con tierra no tuve problemas pues a penas bebí.
Los pequeñajos de la familia era otro de los alicientes de la familia pues era muy divertido intentar comunicarse jugando con ellos . En la Villa mas cercana había una escuela donde estudiaban los niños y niñas de las aldeas de la isla y en la que algunos extranjeros hacían labores de voluntariado. Como mi estancia en la aldea estaba limitada por mi billete de regreso a la civilización,mi colaboración como voluntario no fue muy duradera pero aun así fue intensa y gratificante.
Córdoba colabora una vez mas con las poblaciones mas necesitadas ejerciendo una intensa labor social en cualquier rincón del mundo !!!.
La tristeza realmente me invadía al pensar en la despedida,pues ya me sentía uno mas de la familia. El último día sin esperarlo me llenaron de regalos. Un pareo típico de Fiji y una camisa típica de flores fue su regalo material ,pero sin duda el regalo humano que me hicieron durante estos días tan especiales será lo que siempre llevaré puesto conmigo. Por mi parte prometí a Walter enviarle algunos repuestos para el material su buceo con el fin de que pueda seguir ganándose la vida con ello.
Gracias Walter,Sereseimi,Joave,Marica,Tevita,Albert,Bari,Tess y Sharon.