Tras abandonar Kap Hope, otro largo día de travesía polar nos llevaría hacia nuestro último destino, Ittoqqortoormiit , el pueblo en el que se habían juntado los pobladores de otras 3 pequeñas aldeas actualmente abandonadas. Lógicamente era bastante mas grande que el pueblo fantasma, pero parecía igual de inhóspito . Mas tarde me comentaron que era uno de los pueblos donde mayor índice de suicidio infantil hay. El aislamiento durante meses, la oscuridad y el día continuado durante meses y la falta de opciones de futuro hacen que las gentes de las zonas árticas lo pasen bastante mal llegando a perder la cabeza. Por otro lado poco a poco les llega televisión e internet, siendo conscientes de lo que hay en el mundo y a lo que ellos muy probablemente no puedan acceder en su vida. Para volverse loco, verdad?.
Como imaginaréis, aquí los “turistas” o exploradores no son algo habitual, por lo que causábamos gran revuelo en sus gentes.
Las calles estaban hechas entre senderos de 3 o 4 metros de nieve, que a su vez enterraban muchas casas casi por completo, pero si había algo que realmente me llamaba la atención eran los montones de pieles de oso que aparecían secándose colgadas a cada paso . Las de osos pequeños me daban mucho que pensar.
Como buen turista aproveché el día para pasear por última vez, pues en un par de días volveríamos a casa, a la realidad.
Perros, trineos, nieve , casas y sobretodo un horizonte como no podría describir me acompañaban en mi caminar, y sobretodo en mis reflexiones personales , que no fueron pocas…
Al rato, una iglesia se presentaba ante mi y no pude evitar entrar y compartir con estas gente un rato de rezo en su interior. Una bonita y pequeña iglesia sobre la que quedaba suspendido una enorme maqueta de un barco que nunca supe qué simbolizaba.
Algunos niños por sus calles me miraban con sorpresa y no quise dejar escapar la oportunidad de saludarles y echar un rato de risas y curiosidad mutua . Pequeños cazadores Inuits …