6,15 de la mañana…
Después de 25 horas de tren y 2 horas de viaje metido en un camión, recorriendo interminables bosques helados el camión se detiene. La puerta se abre. Y de nuevo paf! -17 grados de frío polar me golpean en la cara. Estaba al borde del Mar Blanco!!
Pocos minutos después el “White Sea” me recibía con un bello amanecer de tonos rojizos que jamás olvidaré.
Después de sacar todo el material del camión, los guías nos invitaron a mi y al equipo de televisión Ruso a entrar y tomar algo caliente en el refugio de madera donde ellos habitaban. Allí me esperaba mi próximo e inesperado reencuentro…
Al entrar al refugio se encontraban tomando algo caliente 2 o 3 personas a las que realmente no presté ninguna atención y de repente escucho… Paco! …como? , agacho mi mirada hacia las personas que estaban sentadas y …..NO PUEDE SEEER!! allí estaba mi amigo Andreas !! EHHHH!!!! ehhhhhh!!!! , nos fundimos en un fuerte abrazo sin entender muy bien que estaba sucediendo!!! . Os podéis imaginar el subidón de encontrar en un lugar tan remoto del planeta a un viejo amigo que además HABLABA ESPAÑOOOL!!!! Increíble pero cierto. Aun lo pienso y me cuesta creerlo….
Para los que tenéis mala memoria….quién es Andreas?. Os lo explico.
Andreas y yo nos conocimos nada mas y nada menos que en la Antártida durante la Vuelta al Mundo Submarina, justo, justo hace 1 año!!
Andreas ,además de ser un explorador con espíritu inquieto como yo, y un magnífico fotógrafo submarino, es un tipo genial de origen Alemán, casado con una mexicana y afincado en Guadalajara (México). Fue mi compañero de expedición y buceo en el fin de el mundo.
Aquí va una foto juntos en la Antártida:
Bueno,pues resulta que allí estaba, explorando las frías aguas del Mar Blanco junto con Franco Banfi, uno de los mas prestigiosos fotógrafos submarinos del mundo, con el cual también acabé forjando una amistad. Casualmente ellos habían llegado la noche anterior y se marcharían justo un día antes que yo, así que de nuevo compartiríamos la fría experiencia polar, esta vez en el extremo norte del planeta.
Después de mi feliz reencuentro tocaba organizar mi campamento y preparar todo para sobrevivir en la nieve un largo tiempo, así que directamente comencé junto a Misha a inspeccionar el bosque buscando el mejor sitio para montar la tienda. Misha, sería la persona encargada de coordinar la expedición durante la etapa Siberiana.
Había que encontrar un lugar seguro, protegido de ventisca y lejos del borde del mar para evitar demasiada humedad y peligro de amanecer nadando en agua fresca…
Sitio encontrado, pero con un problema añadido…capas de nieve de entre 1 y 2 metros de espesor. Vamos que uno metía la pierna y se hundía no se sabe hasta donde. Una vez encontrado un lugar con no mas espesor de 1 metro tocaba aplastar, pisando una y otra vez, toda la zona que ocuparía la tienda y hacer un camino de acceso a la misma. Dos horas me costó montar todo y claro ,sudando bastante la barba se me congeló.
Para finalizar tenía que encontrar un sitio seguro donde esconder la comida metida en bolsas lejos de la tienda para evitar que el olor atrajera al OSO POLAR , el cual parece ser que no rondaba muy lejos y podía aparecer en cualquier lugar de Siberia, rajando la tienda en plena noche. Solución: Colgar la comida de un árbol… y así lo hice.
Al final de la expedición ni un simple zorro polar se había acercado a la comida…sería porque al poco de sacarla ya estaba totalmente hecha un piedra?…y ahora quién se como esto?…
El único animal peligroso que apareció durante la expedición fue el “perrito robagorros”, un pequeño perro que se llevaba cualquier gorro o prenda que tuviese algo de pelo. La cosa es que casi todos los gorros que usamos por aquí tienen pelito…. mas abajo podréis ver a mi nuevo amigo el “perrito robagorros” con una de sus capturas.
Pero… cuando buceamos???. MAÑANA…