Como en muchas situaciones en la vida, cuando uno menos se lo espera …ventisca…
Así nos ocurrió al final de un día cualquiera de la expedición. Horas y horas de dura travesía quedaban atrás. El objetivo de hoy era llegar a otro pequeñísimo refugio de cazadores, y así lo hicimos. Lo que no esperábamos es que de un momento a otro se levantase una fuerte ventisca de puro viento helado. La explicación de esta repentina ventisca es que estábamos acercándonos al final del fiordo, donde se une con el océano, y por ello se creaba un efecto “embudo” en el que el viento no dejaba de circular y claro, por allí no había ninguna zona a salvo del viento.
Montar el campamento es realmente difícil si un fuerte viento no deja de azotar, siendo casi imposible montar las tiendas . En estas situaciones, por ejemplo quitarse los guantes es un riesgo que nadie corre , pues en solo unos segundos los dedos te empiezan a doler de forma exagerada.
Pese a que como todas las noches dormiríamos en nuestras tiendas, hoy contábamos con el pequeño refugio en el que se estaba bastante mejor y en el que claro, Marious, nuestro cazador Inuit había montado su campamento privado para pasar la noche. Pese a ello éramos bienvenidos para charlar un rato con él y tomar algo caliente, eso sí, de pié,pues la única forma de estar 4 o 5 personas allí dentro era todos de pié al estilo camarote de los “Marx”.
En una de mis visitas los días anteriores a la tienda de Marious me había parecido ver un “trozo” de perro escondido… y en esta ocasión pude comprobar que efectivamente había un perro con enchufe… Bajo la tarima donde Marious montó sus hornillos apareció una perrita escondida. Marious me comentó que era la única perra que dormía con él. Era la perra de su mujer y la favorita de la familia. Los otros perritos…..bueno, digamos que para nosotros están al borde de la muerte , pero nada mas lejos de la realidad… (* ver fotos….!! ). Todas esas montañas de pelo son perros enterrados bajo el hielo, y después de un rato observándolos de cerca yo juraría que estaban bien agustito los tíos…
Tras pasar un buen rato con Marious tocaba volver a la realidad, y mi realidad eran los -32 grados. Cuando miré por la ventana del refugio me percaté de que entre nuestras tiendas y los perros no había mucha diferencia…todo estaba siendo enterrado bajo la nieve.
La noche pasó entre ráfagas de viento que azotaban de forma exagerada la tienda, y a media noche….. ocurrió algo realmente peligroso…
Como sabéis la expedición se desarrollaba sobre puro fiordo helado. Agua helada que se puede fracturar y abrir en cualquier momento y …así ocurrió. Un enorme crujido nos despertó a media noche, seguido por un movimiento del suelo que descendió al menos 5 cm. El susto fue enorme , pero como de momento nadie gritaba ni entraba agua por la tienda yo pasé de todo y seguí durmiendo.
A la mañana siguiente todo había pasado. No había viento y madrugué para salir a ver el paisaje. Normalmente era el primero en salir para filmar y hacer fotos y hoy no era una excepción. Nada mas salir lo primero que observé es que todas las tiendas estaban casi enterradas y no se podía salir de ellas.
Solo un par de pasos me bastaron para encontrar la explicación a aquel enorme crujido en mitad de la noche…. El hielo se había fracturado justo bajo nuestro campamento , y una enorme grieta atravesaba una de nuestras tiendas. Vamos ,que dos de mis compañeros habían estado durmiendo sobre una grieta que les hubiese tragado si hubiesen tenido peor suerte.
Los siguientes 40 minutos me los pasé limpiando las puertas de las tiendas para que el resto del equipo pudiera salir, pues, menos mi tienda todas habían quedado bloqueadas por la nieve , así que hice mi trabajo y la aventura continuó….